Entre todos los tipos de envasado, existe uno que es muy diferente al resto: el sachet.
¿Qué es el sachet? ¿Tiene alguna ventaja sobre otros tipo de envasado? ¿Para qué clases de producto se emplea? Responderemos todas estas cuestiones en el artículo que nos ocupa.
Sachet: definición
Por si no lo sabías, el sachet consiste en un sobre pequeño y descartable, que se cierra herméticamente. Así, el producto del interior (que puede ser pastoso, líquido, en polvo, granulado o sólido) queda protegido por completo.
A pesar de que es muy versátil en cuanto al tipo de producto que puede contener, es especialmente indicado para los líquidos.
Además, la característica que lo diferencia es que está ingeniado para envasados pequeños -llamados monodosis– por lo que asegura un estándar de higiene total.
Algunos de los sachets más comunes son las muestras de productos cosméticos, los detergentes para lavadora y lavavajillas, etc. También se emplea en el campo de la alimentación (sobres de ketchup, azúcar, y más).
Debe su nombre a una adaptación de la palabra francesa para bolsita o saquito.
Ventajas del envasado sachet
Entre sus características positivas, encontramos las siguientes:
- La seguridad de su contenido.
- Permite personalizar todo su diseño.
- Es versátil en cuanto al tipo de producto.
- Supone un ahorro de materia prima, puesto que se envasa con precisión total.
- Su transporte es fácil.
- Asegura buena calidad a un precio competitivo.
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