Los envases flexibles son todos aquellos que están elaborados a partir de películas de diferentes materiales (plástico, aluminio, papel, etc.) y tienen una forma maleable y moldeable.

Muchos de ellos forman parte de nuestro día a día: desde productos estéticos, como mascarillas, hasta artículos de limpieza, como los envases que contienen las pastillas para el lavavajillas.

¿Qué ventajas aportan con respecto a los envases rígidos? Antes de nada, hay que aclarar que no es que unos sean mejores que otros; todo depende de la función que vayan a cumplir.

En este artículo encontrarás las principales características positivas que aportan los envases flexibles.

¿Qué ventajas presentan los envases flexibles?

En primer lugar, nos centraremos en el medioambiente. Algo llamativo es que el proceso térmico en la fabricación y cerrado del envase es de menor tiempo que en los rígidos y se utiliza menos material. Por este motivo, tienen un impacto menor en la utilización de recursos.

En segundo lugar, son más beneficiosos para el fabricante. ¿Por qué razones? Entre las más destacadas, resaltamos la facilidad de almacenar más producto en menos espacio desde el almacén hasta el transporte, lo que reduce el coste de estos servicios. Y no hay que olvidar que este tipo de envases permiten un alto grado de customización, que favorece estrategias de marketing basadas en el diseño atractivo del producto.

Por último, el consumidor recibe el artículo final en mejores condiciones, ya que hay menos riesgo de que se dañen por rotura. Su manipulación es mucho más fácil y segura. Y, como los envases flexibles son herméticos e higiénicos, el contenido siempre mantiene sus propiedades hasta llegar a manos del comprador.

Como queda demostrado, las ventajas de los envases flexibles son aplicables para todos los eslabones de la cadena comercial.

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